09 octubre, 2005

COMPETENCIA Y FRUSTRACION

Cuantas veces se plantea esta situación!
Cuantas oportunidades perdemos a diario de revertirla. Desde pequeños cada uno de nosotros va cumpliendo los roles que le tiene asignados el "Mapa familiar".
No hay duda que se nos educa distinto, y esto va mucho mas allá de la instrucción. El niño se va preparando para competir, con los elementos de poder. La niña va siendo educada para complementar, para colaborar, para soportar. Cuantas veces habremos dicho :"hija preparale el desayuno a tu hermano".
Con toda naturalidad repetimos estas consignas continuamente. Y esto se va haciendo carne en cada uno de nosotros, y lo asumimos y aceptamos. Nos conformamos y hasta nos creemos aquello de "En mi casa mando yo, pero hago lo que dice mi mujer".
No es cierto. ¿Quien decide las compras importantes?, ¿Quien toma las grandes decisiones?. ¿Quien no ha escuchado hasta el cansancio "Detrás de un gran hombre ,siempre existe una gran mujer". ¿Quien no sabe que la mujer cree manejar la economía de la casa, porque "su marido le da todo el dinero para administrarlo", ¿pero que administra?: las compras del supermercado, el almacén, la zapaterìa. Pero en las compras decisivas (una casa, el auto,un elemento electrónico), ¿quien decide?
Generalmente decide el hombre. Y esto es un problema cultural que se fue gestando de a poco, a través del tiempo , desde el hogar , y la sociedad, y hasta desde la Teología (la mujer surge de una costilla del hombre).
Cuando a muchas parejitas de novios les preguntamos que proyectos tienen, para su matrimonio y su vida futura, los varones dan contestaciones que implican proyectos de trabajo, de desarrollo, de poder.
Las mujeres generalmente nos respondieron, "voy a ayudar en lo que se necesite", "quiero estar junto a él", "voy a dedicarme a mi esposo y mis hijos",etc.
Todas respuestas conmovedoras desde lo afectivo, ¿pero que pasa si esa relación no funciona adecuadamente? ¿nos hemos preocupado por resguardar nuestra individualidad, por pensar en el futuro, en el que tengamos que desenvolvernos solos?
Y entonces ocurre lo que escuchamos a diario: debo sostener la situación porque "él es el que trae el dinero", "yo me dedique sólo a mi casa, ahora no se que hacer","si él me abandona que hago?", "me tengo que aguantar que me pegue porque sino me deja", etc. etc.
Por eso es que tenemos que evitar caer en la peor de las prostituciones, que es la de la mujer que se mantiene al lado de un hombre,sólo por el hecho que la mantenga económicamente.
Cada uno de los miembros de la pareja ,debe conservar su individualidad, formarse debidamente, respetarse y respetar.
Y este acuerdo debe ser expreso antes de constituir la pareja.
Es el reaseguro contra "la competencia y la frustración", porque habitualmente se da en parejas conformadas en los términos antes mencionados, que cuando la mujer evoluciona , alcanza en niveles de poder y conocimiento y libertad al hombre, o lo supera, éste no puede soportar la situación, y trata de boicotearla desde todos los lugares con argumentos tales como : "abandonaste el hogar", "Que será de nuestros hijos","sos una mala madre, estás siempre fuera de casa","para que necesitas trabajar?"
Estalla lógicamente el conflicto, por la no aceptación de la realidad, cual es que hombre y mujer tienen idénticos derechos y obligaciones, en todos los campos desde el familiar ,al laboral.
La solución para mantener la estructura familiar, no es la "frustración" abandonando proyectos, soportando presiones, cediendo espacios, clausurando las aspiraciones,sino poner los términos en claro.
Desde la crianza de nuestros niños, no rotularlos ,sino indicarles caminos para que los transiten con lo mas importante para su formación que es la libertad.

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