09 agosto, 2008

La ira...

En un mundo convulsionado como el que nos toca vivir, el tino y la prudencia parecen escasear.
A diario observamos y sentimos que el desborde y la soberbia se hacen dueños de la escena.
Inocentes (o no) ciudadanos observan perplejos que los gobernantes hacen uso y abuso de su autoridad.
Dejan de lado la serenidad para hacerse presa de los discursos coléricos y contestararios.
En todo el mundo ocurre. Lo vemos y escuchamos a diario.
A veces defendiendo lo indefendible, con actitudes autistas ,sintiéndose dueños de la Verdad Revelada.
La ausencia de diálogo, del debido repeto por la opinión del otro, lleva a enfrentamientos estériles y en muchos casos a conflictos ingobernables.
Ya el célebre filósofo romano Séneca definía a "la ira" como una pasión fea y desenfrenada, asimilable a una locura pasajera pues “olvida toda decencia ,ignora los consejos de la razón, se exalta por los motivos más vanos y es incapaz de discernir lo justo y lo verdadero.
Es tal vez el mas bajo de los sentimientos y se encarna en las almas débiles.
El gran remedio de la ira es darle tiempo para que se diluya.
Buscar en la calma y el tiempo el elemento para disipar la injuria y el despecho.
Defender nuestras posturas sin pontificar y dejándo espacio siempre para la reflexión y la revisión es de fundamental importancia.
La obsecación generalmente es patrimonio de los necios, o no?
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Rodolfo
08-08
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"Lo que mas irrita a los tiranos es la imposibilidad de ponerle grillos al pensamiento de sus subordinados."
Paúl Valery