13 mayo, 2009

Empecinamiento

Juan Martín Diez, nacido en Castrillo de Duero,Valladolid,
fue un personaje peculiar y pintoresco a quien se apodaba "El empecinado".
En principio se llamaba así a los naturales de Castrillo , en relación al arroyo "Botijas" que cruza el pueblo y que estaba cubierto de pecina (cieno verdoso oscuro , típico de las aguas estancadas y en descomposición).
Se uso por mucho tiempo esta palabra para relacionarla con la falta de higiene, pero su significado cambió luego que Juan Martín Díez, éste guerrillero español del siglo XIX, luchara valientemente defendiendo su Patria contra Napoleón.
Con gran audacia triunfó en innumerables batallas y escarceos, caracterizándose por su valentía, entrega, y terquedad lo que le valió recibir, en recompensa, para sí y sus familiares el permiso para portar el apodo de "el Empecinado".
Gozó de una gran popularidad en su época pero, curiosamente, fue acusado de liberal por Fernando VII, y terminó siendo ajusticiado.
Lo destacable es que Juan Martín Diez ,con su personalidad y trayectoria , hizo cambiar el sentido peyorativo de la palabra "empecinado", otorgándole calidad y concepto elogioso .
Pero ocurre que hoy, pasado ya tanto tiempo, el concepto ganado fue perdiendo su carácter romántico y virtuoso para pasar a ser considerada una palabra que tipifica un comportamiento obstinado, terco y a veces ciego para conseguir un fin.
En realidad, ni tanto,ni tan poco...
Sabemos o intentamos saber que en el hombre participan una parte racional y otra irracional. A veces lo racional domina lo irracional y en otras es a la inversa. Muchas veces los apetitos y el deseo son indomables y el sujeto se torna tozudo, terco, porfiado y...empecinado.
Quienes así actúan se juegan "al todo o nada", no reparan en ningún obstáculo con tal de lograr su objetivo, y esta apuesta, a veces, los lleva por un sendero sin remedio al precicipicio...
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Rodolfo

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"Todos los hombres pueden caer en un error; pero sólo los necios perseveran en él."
Marco Tuluio Cicerón